Ir hacia uno mismo
Un día como hoy hace tres años que decidí saltar el charco y no hablo solamente de océanos, decidí dar un gran salto hacia mí misma. Decidí salir de viaje sin todo planeado. No tenía un norte fijo, y el camino me lo siguió demostrando, quizás las brújulas no sean lo mío o me guie por otra cosa.
Di muchas vueltas para dejar la ruta marcada sobre la que venía muy cómodamente y tomé el coraje de salir a transitar senderos no marcados. Salir a “buscar” o más bien a CREAR como siempre me gustó.
Juntar retazos, unirlos, soltar las ideas, las ataduras, mis miedos, un coctel que puede resultar un poco estresante pero que me ha hecho probar los más exquisitos sabores de la vida.
No planeaba que fuera tan largo, ni más corto, todo fue sucediendo. ¿Para qué me iba de casa si estaba tan cómoda? No podía ni respondérmelo a mí misma. Siempre supe que había algo más fuerte que me estaba empujando.
No fue una decisión fácil, ni simple. Busqué muchas respuestas, muchas explicaciones, para el resto, para el tiempo y sobre todo para mí.
Tomar distancia, no es escaparse.
La distancia me dio perspectiva, me hizo ver las cosas de otra forma y sobre todo me enseñó a escuchar para adentro. Decidir viajar sola y lejos no es tarea fácil.
Junté todas las herramientas que tenía adentro para crear lo que buscaba. Sólo me bastó con preguntarme: ¿Qué me gusta?; ¿Qué me mueve?. Y sí, me pasé la vida con pinturas. Me encanta el arte. Las expresiones artísticas y artesanales de los pueblos hablan mucho de su cultura, de la historia, de la vida.
Y me dije bien fuerte SÍ ESO QUIERO!!!.
Quiero recorrer guiada por el arte, encontrarme con los países desde otra faceta, a veces alejada de lo turístico pero más conectada con lo real. Escuchar voces a veces calladas, aprender otros idiomas, o entenderse a las señas. Y así mi instinto me llevo a vivir experiencias increíbles en lugares del mundo que no imaginaba ni pisar. Ahí encontré mi brújula guiada por el amor al arte.
Amar la trama
No pretendo enseñar nada, ni dar ejemplos. Esto no es tampoco un balance, eso de encolumnar cosas en debe y haber nunca fue lo mío. Se trata más bien de sentarme a ver lo lejos que llegué en tiempo, en distancia, en cambios y proyectos.
Me fui llena de abrazos de aeropuerto, esos que logran estrujarte el alma. Son esos abrazos temblorosos de despedida y felicidad que no saben distinguir sentimientos. Si alguien le hubiese contado a esa Dolo con pánico que se subió a un avión aquel 1 de marzo de 2015 todo lo que iba a vivir, no podría creerlo.
Ni yo me creo lo lejos que llegue, no hablo de distancias, si no lo lejos que logre viajar en mi misma. Encontrar en lo más profundo eso que me mueve las tripas, que me hace sentir viva, que siento puedo aportar algo al mundo, es quizás un ínfimo granito de arena, pero de pequeños cambios se mueve todo.
Recuerdo mis noches leyendo blogs de viajeros, pensando que yo también quería vivir todo eso, pero no, yo no era igual. Y si pude, logré lo que buscaba. Tome esa punta del ovillo que tenía enredada dentro de mí, la tire, la oville y en el paso de los kilómetros comencé a tejer una nueva historia. Un trayecto que se va llenando de detalles, colores, repletos de historias de vida, de personas, que es lo que le da sentido al vivir.
Confiar en el camino
Descubrí muchas cosas mías que no conocía, y muchas cosas del mundo que tampoco sabía. El mundo es mucho más bueno de lo que pintan las noticias. Aprendí a confiar en extraños y hacer nuevos amigos de todos lados. Aprendí a compartir más, a vivir con muchos y con pocos, cómodos y apilados. A vivir en carpa, en van, en auto, en hostel suprer compartido. A vivir con poco, muy poco, a no atarme a cosas pero si mantener las importantes.
Mi mochila no pasa los 15 kg, pero no suelto mis colores, ni los papeles, ni los pinceles. Aprendí que el aburrimiento pasa a ser una cuestión de donde enfoquemos los intereses, porque hasta el más vasto de los desiertos puede atraparme.
He pasado por muchos centros de arte, conocí increíbles artistas de diferentes culturas. Desde pueblos remotos en el interior de Australia, Japón, tribus del norte de Tailandia en las que nos comunicamos a señas. Talleres escondidos en la India y de todos me fui con una sonrisa y un grato esperamos que vuelvas!. Siempre trate de dejar lo mejor de mí, pero sin dudas ellos me dieron mucho más.
También cuando necesite ayuda la recibí con creces. Viajando se aprende a confiar y también a pedir y si lo haces bien se recibe igual. Todo lo que va vuelve. Me hicieron sentir que podía llegar más lejos, me enseñaron a creer en mi misma. Y mis ideas locas se iban haciendo realidad.
Cumplí mi sueño
Puedo decir, con la piel de gallina y una alegría inmensa en el alma, que HICE MI SUEÑO REALIDAD.
Meterme en esas culturas, a veces sin conocer a una sola persona, hacer muchos rincones del mundo casa donde algún abrazo me espera volver, aprendí de técnicas y de historias como quería, me conecté con ellos y conmigo.
Y como todos los viajeros que yo leía antes de salir, yo tampoco soy un super heroe, soy una chica normal que sigue teniendo miedos, dudas y preguntas. Sólo que me anime a experimentarla, a salir a vivir la vida de otra forma. No hay nada extraño, solo cambian los modelos.
Extendí mi zona de confort a límites que ni yo imaginaba, los hice flexibles y eso me dejó conocer nuevos mundos. Cada vez que tengo que cambiar me agarra esa cosquilla de mirar al vacío y acercarme a la punta del próximo desafío para mirar lo lejos que está. Y no creerme capaz de saltar, pero siempre termino saltando como puedo sonriente, con miedo o segura pero voy. El camino me siguió mostrando que estaba en mi ruta.
Puede ser quizás una locura, podrán llamarle insensatez o delirio pero creo que es el amor y la pasión por lo que me gusta. Esa pequeña huella que quiero dejar. Porque quiero seguir creyendo que hemos venido a este mundo, que a veces parece estar patas arribas, por alguna razón.
Como dicen que no hay mejor escuela que la calle, quiero agradecer al camino por tanto que viví, aprendí y crecí. Moverse te transforma, vivir te cambia. Aprendí que los planes siempre fueron para romperlos y los mapas para darlos vueltas.
Los viajes no los hacia yo, ellos me hicieron a mí.
No cuento los kilómetros, ni aviones, ni aeropuertos, ni los sellos del pasaporte. Quiero contar en todo eso que no se puede medir. Contar estos años en “personas llave”, “personas hogar” que me hacen sentir en casa, que abrieron nuevas cosas dentro mío. En todos esos encuentros que el universo conspiró. Hace rato que deje de creer en casualidades.
No faltaron quienes me dieron un empujón, un buen abrazo, un beso, una linda charla o hasta una patada siempre te tira para adelante. Gracias a todos los que están en casa, a esos de siempre, a mi familia, mis amigos que sin su apoyo diario y su cariño que logra cruzar los océanos, nada sería igual.
Gracias
Nada más cierto que la felicidad solo es real si es compartida. Y que en esto de viajar “SOLA” nunca nunca se está solo, a menos que lo quieras. Porque los lugares, no son los paisajes, los lugares los hace la gente. GRACIAS POR TANTO!
Quizás haya cosas para las que llegué tarde, o no tendré, o se pasaron. Tal vez no hice las cosas “como se deben”.
Pero si me equivoqué en algo, fue el más MARAVILLOSO de mis errores haber salido a CUMPLIR MIS SUEÑOS. Y hoy poder decir bien segura con piel de gallina que lo hice real, sí sí LOS VIVI en carne propia.
El mundo sigue girando, donde sea que estés. La arena sigue contando en ese reloj. Sos vos con vos mismo. Soy yo conmigo. Y ahora nos llevamos bien, nos entendemos más, nos queremos mucho. Amigarse con lo que no nos gusta, también es crecer, y a veces duele, pero se puede. Creer en uno es lo más difícil y cuando te atreves a saltar es cuando sabes que podes abrir ese paracaídas o zambullirte de cabeza desde el trampolín.
Aprendí a vivir el hoy, o a superar el querer adivinar el futuro. El tiempo pasa igual, nadie se queda atascado en el reloj.
Hay que tener el objetivo puesto en la cima, pero a veces mirar tan alto asusta de más. Mejor mirar el próximo escalón y seguir subiendo. Como lo titulé, lo más importante es DISFRUTAR DEL TRAYECTO porque es lo único real y seguro que tenemos.
Y es SOLAMENTE UNO, no hay tiempo para borradores.
INMENSAMENTE GRACIAS !
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