Así empezó todo.
“Dentro de 20 años estarás más decepcionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste. Así que suelta amarras,
navega lejos de puertos seguros, atrapa los vientos en tus velas. Explora. Sueña. Descubre”. Mark Twain

Di más vueltas que un caracol, para tomar la decisión. Sí, quería viajar, agarrar la mochila y saltar. ¿Pero para qué? ¿Por qué? Fue allá por el 1° de marzo de 2015 cuando di el primer paso en todo este camino que relato hoy, años después, con muchas metas cumplidas y más planes.
Creo que la frase hoy resume el camino que emprendo, sin un plan definido y demasiado abierto pero segura de que todo va a ir bien, mejor de lo que pienso. Da miedo, y llena de incertidumbres pero dentro mío sé con seguridad que todo va en el camino correcto.
Hace tiempo que pienso que pasar toda la vida en el mismo rincón del mundo es mucho, así que salir a dar una vuelta para descubrir otras esquinas del planeta por un tiempo no es tanto en proporción con los muchos años de vida promedio.
“Nadie adquiere una visión amplia, saludable y generosa si se queda en una esquina de la Tierra toda su vida, porque para que haya perspectiva hay que tomar distancia”.
Aunque hoy cueste la despedida, la distancia, vivir con los horarios al revés, despertarme cuando mi ciudad se va a dormir, hablar otro idioma, estar en lugares desconocidos, compartir con personas de otras nacionalidades, estar abierta, aprender, equivocarme, confiar, ser paciente y seguir para adelante. Es un camino inestable, de muchos cambios y grandes sorpresas, repleto de anécdotas. Los llevo a todos conmigo. Siempre voy a extrañar todo demasiado.
Puede que el camino tenga tropiezos, que me equivoque, pero no escribir para no tachar, no caminar para no tropezar, puede que evite unos raspones, que siga intacta, pero me pierda de contarme increibles historias. Hay cosas que podemos contar y medir, pero seguro que las mejores historias que nos llevemos jamás podremos ponerlas en números.
Y dije “Yo lo voy a hacer, aunque cambie de plan mil veces, de país, de continente”. Me estoy mintiendo a mí misma cuando la decisión y la idea la tengo en la cabeza. Si no lo hago por miedos, por opiniones externas, por compararme, por sentirme equivocada, me estoy conformando. Pasando el tiempo, no viviéndolo. Y también después me voy a arrepentir de no haber aprovechado ese momento cuando podía.
¡¡¡ Quizás sea largo; quizás, corto. Nunca se sabe adónde te lleva el camino. Quizás se trata de solo sacarme la duda; quizás, de encontrar otros lugares, descubrir nuevas posibilidades, o simplemente encontrar una nueva versión de mí misma.
Me voy a buscar inspiración. Como dicen, a veces es necesario perderse para volver a encontrarse. Descubrir nuevas tierras implica perder de vista la costa por un tiempo…
No quería bajo ninguna razón escaparme. Salir corriendo a la otra punta del planeta no iba a solucionarme la vida, si no siempre querer volver a casa. Por mucho que corramos, a nosotros mismos nos llevamos puestos. Irse es dejar mucho, es dejar la vida que armamos, es dejar los amigos, la familia, los cariños. Es sobretodo atreverse a enfrentarse a uno mismo, porque por lejos que estemos tenemos que aprender a convivir con el yo que llevamos dentro. Sacar todo eso que buscamos y proponernos el trabajo de crear quien queremos ser.
Quería encontrar mi razón de querer explorar cosas nuevas. Quizás como dicen quede infectada del bichito del viajero. La razón para seguir estando en casa feliz y dejar de añorar lo otro. Como si no encajara, si no estuviera dando lo mejor de mí. Sentir que a veces perdemos el eje, o el foco. Que no soy yo conmigo, irme con un objetivo, dejando las explicaciones precisas los por qué?, para qué?, de que te escapas?, a dónde?, cuánto tiempo?. Pero no hice más que revolotear en lo mismo, la idea seguía dando vueltas en mi cabeza, temía defraudar al resto y me estaba defraudando a mí misma.
Empecé con la idea de un master un posgrado algo importante, no podía irme por ahí a hacer nada cuando los 30 me pisan los talones. Pero me faltaba plata, me falta inglés, italiano básico, me falta photoshop, me falta compu, etc, etc, siempre falta algo… nunca voy a tener la ecuación perfecta la cuenta del banco lista, saber todos los idiomas, si espero completar la planilla seguramente ya se me paso la edad, las ganas o estoy en otra cosa.
No sé por qué razón, Australia siempre estaba ahí, iba y venía, buscaba plan B pero ahí estaba. Entonces pensé, simplemente inténtalo, las posibilidades estaban todas, todo se fue acomodando o me fui despidiendo de a poco para que cada cosa quede en su lugar. Me fui feliz de mi vida allá, entera. Tengo que confiar en mi suerte, o ayudarla como todos dicen.

Con mi vida apretada en una valija y llantos de embarque, miedos, dudas, adrenalina de cosas nuevas y mil ideas revoloteando en mi cabeza. Acá estoy, exactamente del otro lado del mundo, continente lejano si lo es Oceanía, que cuando veía el mapa, nunca pensé vendría y menos que volvería, que lo haría mi casa.
Estos viajes suelen ser muy difíciles de planear, paso a paso, nunca se sabe que viene mañana ni dónde te lleva la suerte. Así que me vine así, sin plan, dejándome llevar, que es mejor porque todo va sucediendo y sorprendiendo a cada momento.
Por más que existan miedos, siento que estoy haciendo lo correcto, que estoy donde tengo que estar y que todo va a salir bien. Que estoy felizmente perdida. Que todo lo que me queda por delante será una aventura, una etapa inolvidable para crecer y vivir. Me agradezco haberlo pensado, aunque haya sido tanto tiempo de transición, como decía yo. Darme simplemente la oportunidad de intentarlo.
Y mi historia hará su justicia, por qué ya está en el aire girando mi moneda… Así se siente, como nadar en otro sentido, pero siempre se encuentra un nuevo cielo.

¡Gracias por el empujón, gracias por los enormes cariños, gracias a los que me alentaron, a los que me dijeron “¿Por qué?” y “¿Para qué?”, a los que me repitieron mil veces lo que me van a extrañar! ¡Gracias enormemente! ¡¡¡Me los llevo a todos conmigo!!!!
Todo daba vueltas hasta que encontré esto que puso mis sentimientos en palabras: simplemente salí a buscar mi hogar por dentro.
EL HOGAR POR DENTRO
Ya va siendo buen momento
de soltarse las rutas prometidas.
No es negocio el amor por la certeza
si voy a perderme de cielos grandes
que nunca dibujé en ningún mapa.
Cuánto tiempo más luchar
a cuerpo partido
por reducirme a ese rincón de vida chiquita y segura que imaginé?
Mejor entregarme al vértigo dulce,
al vacío que me quiebra los huesos
hasta el punto sin retorno
de la soledad de no entenderme.
Una y otra vez
destrozar las brújulas
de querer explicarme todo.
No te asustes
si me ves perderme a cara de perro
por ripios sin flechas.
Es que quiero habitar la belleza
de encontrarme el hogar por dentro.
Un préstamo de una amiga, compañera de emociones, una mano que me enseñó a viajar y me empuja siempre a ser mejor. Este poema dió inicio a mi yo viajera, a una gran amistad y a empezar un camino que ni yo me imaginaba. Felicito a todos los que escriben y comparten, porque no saben lo lejos que pueden llegar las palabras y lo poderosas que pueden ser para otros. ¡Gracias, Naty Sarro! www.inspiramundo.com
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